lunes, 12 de noviembre de 2007

Bibliografía básica tópicos literarios

Tópicos y tematología
Corbacho Cortés, Carolina. Literatura y arte: el topico "ut pictura poesis". Caceres: Universidad de Extremadura, 1998.
Curtius, Ernst Robert. Literatura europea y Edad Media latina. 2 vols. Traducción de Margit Frenk Alatorre y Antonio Alatorre. México: Fondo de Cultura Económica, 1955.
Flos, Jordi. Ecología, entre la magia y el tópico. Ediciones Omega1984
Guillén, Claudio. El primer siglo de oro: Estudios sobre géneros y modelos. Barcelona: Critica, 1988 (Filología; 18)
_____________. Entre lo uno y lo diverso: introducción a la literatura comparada (ayer y hoy). Barcelona: Tusquets, 2005 (Marginales; 229)
Naupert, Cristina (introd., comp. y bibliografía). Tematología y comparatismo literario. Madrid: Arco Libros, 2003 (Bibliotheca philologica. Serie lecturas)
Quintiliano, Marco Fabio. Institución oratoria. Traducción Ignacio Rodríguez y Pedro Sandier; prólogo de Roberto Heredia Correa. México: CONACULTA, 1999 (Cien del mundo)
Rallo Gruss, Asunción. El menosprecio del mundo. Aspectos de un tópico renacentista. Málaga, España: Universidad de Málaga, 2004 (Colección: textos mínimos 76)
Zamora Pérez, Elisa Constanza. Juglares del siglo XX: la canción amorosa pop, rock y de cantautor: temas y tópicos literarios desde la dialogía en la década 1980-1990. [Sevilla]: Universidad de Sevilla, Secretariado de Publicaciones, 2000 (Colección Abierta; 45)

Retórica
Hernández Guerrero, José Antonio. Historia breve de la retórica. Madrid: Síntesis, 1994 (Teoría de la literatura y literatura comparada)
López Eire, Antonio. Esencia y objeto de la retórica. México: UNAM, Instituto de Investigaciones Filológicas: Dirección General de Asuntos del Personal Académico, UNAM, 1996 (Bitácora de Retórica; 4)
Pujante, José David. Manual de retórica. Madrid: Castalia, 2003 (Castalia universidad; 1)
Tapia, Alejandro. De la retorica a la imagen. México: UAM, Unidad Xochimilco, División de Ciencias y Artes para el Diseño, 1991.

domingo, 7 de octubre de 2007

Diseñar a partir de los tópicos: carteles publicitarios de Librerías Gandhi


Como ya se ha dicho, la inventio es el momento donde el realizador o creador se pregunta ¿qué haré?, se pregunta frente a una situación y es entonces cuando acude a los tópicos o lugares comunes, las reservas ya establecidas por la tradición. Los lugares comunes son sumamente productivos, porque en la inventio también se ubica la intellectio, otra operación previa a la creación en sí.
La inventio con sus tópicos es la parte fija, dada, podemos decir que "no hay nada nuevo bajo el sol", que "ya todo ha sido dicho", o en palabras de Roland Barthes "todo existe ya, sólo hace falta encontrarlo" (Investigaciones retóricas I. La antigua retórica: Buenos Aires, Tiempo Contemporáneo, 1974, 44).
La intellectio es la estrategia específica de la que se valdrá el creador para llevar a acabo aquello que ya ha decidido que hará (David Viñas Piquer, Historia de la crítica literaria, 486-487).

Veamos un ejemplo, la inventio e intellectio en el diseño de los carteles publicitarios de las Librerías Gandhi.

Inventio o invención: Es el momento de preguntarse por la sustancia o contenido de lo que va a decirse: ¿qué hacer?, ¿cómo?, ¿para qué?, ¿quién?, ¿por qué?

Se puede hablar de la "cosa", definiéndola en sus partes, su finalidad, su función. Se escogió hacer la publicidad sinecdóquicamente, pues las Librerías Gandhi venden libros y serán los libros el centro de la campaña entera, no las librerías. De esta manera la preguntá de qué hablar se responde de primera instancia con una respuesta práctica: "hablar de libros", pero ciertamente no se habla de los libros literalmente (pasta, hojas, folios, tinta, costo, calidad, funcionamiento...), se habla de lo que simbolizan los libros.

Es en este momento cuando aparecen los lugares comunes sobre las "letras". Al menos hay tres tópicos clásicos sobre este tema: el elogio de las letras (laudem litterarum); las letras no dan de comer (litterae non dant panem) y armas y letras (arma et litterae).

Intellectio o estrategia: "Leer, güey, incrementa, güey, tu vocabulario, güey" es un elogio de las letras. No hay nada novedoso en elogiar las letras, lo atractivo de la frase de este cartel es la estrategia con que se decidió a elogiar las letras. Esa estrategia es el "ingenio", la parte subjetiva que aporta cada creador al proyecto que emprende.

La frase es un elogio que privilegia la ironía, porque hace dos cosas al mismo tiempo: al ridiculizar el habla de cierto grupo de mexicanos, que es mostrada en su pobreza léxica, queda expuesta la alabanza a los libros y a la lectura sin que haya clara moraleja. En este caso la ironía destruye la solemnidad con que se suele abordar cualquier tema cultural; los creadores de la estrategia tenían en mente a un público o receptor que comúnmente ve la literatura como algo aburrido, elitista e impráctico. La estrategia fue ir en contra de otro lugar común: los libros no aportan nada tangible, como si el conocimiento fueran mera abstracción y no concreción.
¿Y los materiales, y los colores y la preferencia de la tipografía por encima de las imágenes, y la destreza, el talento, el dominio del software, dónde quedan? Materiales, colores y tipografía vendrán después, lo primero son estas operaciones previas donde todo inicia. Una vez resuelta la inventio lo demás estará a su servicio. El color amarillo de fondo, el logotipo lila de la librería, la tipografía en negro sin patines son parte primero de la disposición (dispositio) y luego de la elocutio del tópico, son su "forma discursiva y de sentido" y todo quiere reforzar y probar lo que los libros, la lectura, y las letras son "buenos". Cómo se "entrega" el discurso sería su actio (delivery), es decir, en anuncios llamados espectaculares que saltan a la vista como oasis visual en el saturado paisaje publicitario de la ciudad donde prevalecen las imágenes. En este sentido último, la campaña de las Librerías Gandhi se realiza en todas sus dimensiones como fuerte laudem litterae o elogio de las letras simbólica y literalmente hablando.

miércoles, 3 de octubre de 2007

¿Qué diseñar/crear/inventar?, la inventio retórica

Actualmente la Retórica como teoría del discurso no sólo ha recuperado terreno en campos de estudio de afinidad inmediata (como la Literatura, la Historia, la Lingüística), sino que ha demostrado su eficacia en cualquier ámbito de acción humana. Como teoría del discurso antiguo, los oradores usaban la palabra para hacer que otros (los jueces, el público) hicieran algo: tomar una decisión, inclinar la balanza de la justicia, aceptar la guerra o la paz... Si trasladamos esto al ámbito general de las acciones humanas, podemos decir que la Retórica proporciona un modelo eficaz por el cual las ideas se "realizan" en actos eficaces, actos retóricos, cuya finalidad última es "hacer que otros hagan".
La Retórica ha reflexionado profundamente que se comunican contenidos por medio de formas, así se ha planteado desde la Antigüedad (Aristóteles, Quintiliano) la división artificial de los discursos en contenido y forma: qué y cómo.
Estas dos grandes partes son abordadas por las cinco operaciones que conforman la Retórica. Todas colaboran al efecto último de mover a otros o conmoverlos, es decir, los convencen o persuaden. Tales operaciones son: inventio (la concepción del discurso o del acto retórico, el hallazgo de lo que va a decirse o realizarse), dispositio (organiza lo hallado por la inventio), elocutio (se ocupa de la forma misma del discurso, selección y combinación de palabras, corrección de oraciones), actio (tiene que ver con la "entrega" o "realización" del discurso) y memoria (se vincula con la mnemotecnia para recordar el discurso).
El tema de los tópicos o lugares comunes tiene que ver con la inventio y ésta a su vez se relaciona no con el discurso en sí, sino con el momento previo al discurso: el momento en que se decide el qué del texto o la acción.
Como se ve, la inventio es un proceso abstracto, previo a la creación propiamente dicha, este proceso, según Roland Barthes, más que de invención es de "extracción" creativa. En la inventio se "descubre", prácticamente por completo, lo que se quiere diseñar/crear/inventar. La "espontaneidad", "la inspiración", o esos instantes en que diseñador o creador acogen una idea corresponde a la inventio retórica, una vez hallado el qué se procede a otro momento abstracto: la intellectio, o estrategia. Es entonces cuando se decide de qué manera se abordará el tema hallado.
Ciertamente la inventio como calculada operación retórica parece oponerse a las ideas comunes que señalan que la creatividad se origina en la "imaginación", la "espontaneidad" o la "inspiración", pero esto no es así, teorizar sobre este momento previo como inventio"potencia" la creatividad misma porque la ordena y la hará eventualmente más eficaz. Veremos cómo.

jueves, 20 de septiembre de 2007

¿Locus, tema, motivo?

Los lugares comunes, entendidos simplistamente, desprestigiaron a la Retórica como teoría del discurso. Durante el siglo XX se han desarrollado con intensidad los estudios comparatistas, la Literatura Comparada rebasa, o mejor dicho, obvia las fronteras de las historias literarias nacionalistas en busca de la Literatura Mundial. Así un comparatista como Erich Auerbach obsequia a Occidente con un estudio en el tiempo de la literatura europea, en su obra Mímesis (México: Fondo de Cultura Económica), donde revisa la representación de la realidad en las diversas tradiciones que conforman la "cultura europea", así, en torno a un tema o problema se reúnen diversas lenguas en distintos momentos de la historia de Europa. Los temas resultan de esta forma de gran utilidad para los estudios comparatistas y dejan ver que los nacionalismos en muchos sentidos limitan las posibilidades de comprender fenómenos imposibles de acotar a una específica tradición localista. La tematología surge como disciplina que se aboca a estudiar este "objeto" que se encuentra constituyendo a las obras literarias y artísticas y no sólo artísticas. El primer problema para la tematología será definir su objeto de estudio: Locus, tema o motivo, fueron términos que aparecían en la obra de algunos estudiosos --y de cuya inestabilidad llamó la atención, entre otros, Vladimir Propp en su famoso trabajo estructural sobre el cuento folclórico ruso.
Para aproximarnos y sumirnos en esta problemática revivificadora de los "tópicos", los invito a revisar el siguiente artículo de Miguel Á. Márquez de la Universidad de Huelva, para que los interesados en este taller se adentren en lo que el estudio de los tópicos puede significar para el diseño.
http://www.uhu.es/miguel.marquez/publicaciones/Tema.pdf

martes, 18 de septiembre de 2007

Los tópicos como liberadores de la creatividad

Los tópicos son “aquellos como manantiales de donde debemos sacar las pruebas” asegura Quintiliano (lib. IV, cap. X, Institución oratoria). Esto los ubica dentro de la primera de las operaciones del discurso retórico: la inventio, es decir, el momento más importante en la construcción de cualquier acto de habla o de creación.
Los tópicos también se conocen como “lugares comunes”, la vida cotidiana en todos sus niveles está atravesada por los lugares comunes. Repetir definiciones y ligarnos a esas definiciones como verdaderas, ciertas o mejores, es parte del proceso de la tradición.
Decir que “el amor lo puede todo” es un tópico que proviene del sistema de valores originado durante el siglo XVIII, y es un tópico que continúa moldeando las realidades mentales y prácticas de millones de personas. Baste decir que bajo este supuesto mucha gente contrae matrimonio o lo disuelve; bajo este precepto se diseñan tarjetas de obsequio; porque “el amor lo puede todo” la campaña de Sprite nos muestra en televisión a una serie de enamorados que ilustran tanto este tópico como el que dice que la pasión amorosa es incompatible con la inteligencia, otro lugar proveniente de la tradición romántica. Como vemos en este breve ejemplo el amor como tema puede ser construido de maneras muy distintas, dos de ellas son “el amor lo puede todo”, y --diríamos a la mexicana-- “hormona mata neurona”.
Lo que resulta interesante respecto a los tópicos es que en sí mismos constituyen fórmulas endurecidas con el tiempo y la repetición, que al mismo tiempo son sustituidas cada vez que las sociedades y las culturas sufren vuelcos profundos, por ejemplo ahora muchas personas creen en dos cosas 1) El amor lo puede todo y 2) El dinero lo puede todo. Hay objetos y discursos y diversos actos que refuerzan ambos tópicos, el asunto es que vistos así sabemos que se excluyen, sin embargo, al sintetizar estos tópicos lo primero que sucede es que los “vemos” como lo que son convenciones endurecidas por su repetición, por su reforzamiento, pero no son verdades absolutas.
Apelar a un tópico no sólo es necesario, sino que es ineludible. Los tópicos son relatos condensados cuyo peso específico es tal, que cualquier audiencia los reconoce. Ahora bien, los lugares comunes sirven para hacer aceptar o hacer rechazar cualquier propuesta, si el creador hace conciencia de los tópicos identificándolos y comprendiendo el argumento al que sirven, podrá no sólo reconocer un tópico cuando lo vea, sino que lo hará conscientemente, así evitará repetir, imitar ciegamente, descubrir el “hilo negro” de la creatividad, éste será el principio del camino hacia la constitución de un “estilo” personal o ideolecto que lo distinga del resto de los creadores.
“Porque así como son inútiles las flechas al que no tiene blanco fijo, así son superfluos los argumentos cuando no se considera de antemano para lo que sirven, y esto es lo que no puede aprenderse con las reglas. De donde se sigue que los que aprendieron por unos mismos preceptos usarán de los mismos argumentos; pero los que inventan discurrirán cuál más, cuál menos.” (lib. IV, cap. X)